El poder de la fe

«El poder de la fe es la certeza»

Tienes fe en aquello que valoras.

Tu fe es el alimento de tus objetivos.

Fe no es certeza pero puede ayudarte a alcanzarla.

La fe es de la mente. Es como un abono que añades a tus pensamientos.

Ahora imagina lo siguiente:

Imagina que en tu casa tienes una planta artificial. Es bonita, te gusta y decora. Tú la abonas y la riegas todos los días, pero por muchos cuidados que le regales nunca dejará de ser algo artificial, muerto.

Ahora imagina que tienes una planta natural. Al abonarla y regarla la verás crecer porque está viva.

Por mucho que deposites tu fe en las ilusiones no dejarán de ser algo muerto, sin vida. Nunca serán reales, aunque tu deseo así lo quiera, de la misma forma que una planta artificial nunca crecerá por mucho abono y cuidados que le suministres.

Pero cuando depositas tu fe en Mí, cuando depositas tu fe en la Verdad, siempre obtendrás una recompensa. 🙂

De igual forma que el abono hace florecer tu planta natural, tu fe en el amor hace florecer y crecer tu certeza.

Por eso digo que jamás podrás reconocer el poder de la fe si la depositas en el pecado, pero siempre lo reconocerás si lo depositas en el amor.

«El poder de la fe jamás se puede reconocer si se deposita en el pecado. Pero siempre se reconoce si se deposita en el amor.» T-21.III.2

Jamás podrás reconocer el poder de un abono si lo añades a una planta artificial, pero si lo podrás reconocer si abonas una planta natural.

Tu fe depositada en Mí te traerá certeza. Te traerá el recuerdo que aquello que está vivo en Ti. Y esa semilla crecerá y extenderá sus raíces pues ese es el poder de la fe cuando la depositas en lo que está vivo y la retiras de lo que está muerto.

Abona la semilla de la luz dentro de ti y recordarás que eres la luz del mundo. Deja brillar esa luz iluminando la oscuridad.

El valor está en lo que está vivo. Y lo que está vivo siempre lo ha estado, y siempre lo estará.

Es eterno.

Siempre está presente.

Siempre permanece.

Y siempre está accesible si así lo eliges.

Pero primero tendrás que reconocer lo que nunca ha vivido. Primero tendrás que admitir que no quieres seguir abonando algo muerto. Seguir alimentando aquello que nunca te ha aportado paz. Y tendrás que darte cuenta de que eso es lo que has estado haciendo antes de elegir algo diferente.

Alimenta el propósito de la salvación hoy al reconocer: «Padre, mi libertad reside únicamente en Ti«. L-321

«No entendía lo que me podía hacer libre, ni lo que era mi libertad o adónde ir a buscarla. 2Y así, Padre, busqué en vano hasta que oí Tu Voz dirigiéndome. 3Ahora ya no deseo seguir siendo mi propio guía. 4Pues la manera de encontrar mi libertad no es algo que yo haya ideado o que comprenda. 5Pero confió en Ti. 6Y me mantendré consciente de Ti que me dotaste con mi libertad por ser Tu santo Hijo. 7Tu Voz me dirige, y veo que el camino que conduce hasta Ti por fin está libre y despejado. 8Padre, mi libertad reside únicamente en Ti. 9Padre, mi voluntad es regresar.» L-321

~J ❤